sábado, agosto 19, 2006

EVENTO DE SOLIDARIDAD. Textos sobre A. A. Ag. 19/06

EVENTO DE SOLIDARIDAD. La Candelaria, Agosto 23 / 2.006, 7:3o PM
EVENTO DE SOLIDARIDAD. La Candelaria, Agosto 23 / 2.006, 7:3o PM
El escritor, periodista y pintor Arturo Alape atraviesa una delicada situación de salud, por esto un grupo de amigos nos hemos constituido como una Red Solidaria. En este sentido, por iniciativa del Teatro La Candelaria se ofrecerá una función de la obra de teatro En la raya, dirigida por Santiago García, en homenaje a su vida y obra para recoger fondos.
Función: miércoles 23 de agosto de 2006, 7:30PM. Teatro La Candelaria, Calle 12 No. 2-59.
La boleta de la función es un Bono solidario por valor de $50.000 en adelante (Cuenta de ahorros de Davivienda 0099 0022 9262 a nombre de Carlos A. Ruiz) Los interesados en apoyar esta causa pueden reservar su bono con Katia González Martinez o Julia Buenaventura en el correo electrónico:
salvaralape@yahoo.es, salvaralape@epm.net.co
Puntos de venta: Librería Lerner Centro: Avenida Jiménez No. 4-35 .
Librería Lerner Norte: Calle 92 No. 15-23.
Fundalectura: Av. (Calle) 40 No. 16-46 .
Teatro La Candelaria: 2863715-2814814
"Salvar la vida de Arturo Alape"
Reprodujo y difunde: NTC … Nos Topamos Con
http://ntcblog.blogspot.com/ , ntc@andinet.com, ntcgra@gmail.com
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MENSAJE RECIBIDO DE francisco jose ordoñez diaz ,
audiovisualespakiko@hotmail.com
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Enviado el: 10 de Agosto de 2006. Asunto: FW: Funcion_teatro_homenaje_Arturo_Alape
From: "Ana Milena Puerta"
a
namilenapuerta@hotmail.com
Subject: FW: Funcion_teatro_homenaje_Arturo_Alape . Date: Thu, 10 Aug 2006
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EL HOMBRE QUE SOÑABA UN PAIS
From: Fernando Garavito fernandogaravito@gmail.com
To: Oscar Delgado osdelgad@urosario.edu.co
Sent: Wednesday, August 23, 2006 1:13 PM
Subject: Arturo Alape
Mi querido profesor: Como sé que usted estará esta noche donde deberíamos estar todos los colombianos como un solo hombre, le envío este pequeña nota con la solicitud, muy encarecida, de entregársela en un sobre cerrado a mi querido e inolvidable Arturo.
Muchas gracias por ese favor, Fernando
EL HOMBRE QUE SOÑABA UN PAIS
Arturo sueña un país. Su vida ha sido eso, ese ha sido su oficio: soñar, sin pausa, con un país que sea nuestro país.
Él y yo –y nosotros– pertenecemos a ese paso del tiempo: el tiempo de soñar un ideal, pero también, de buscar por todos los vericuetos posibles la forma de hacerlo realidad.
Arturo fue un hombre joven (yo creo que él sigue siendo un hombre luminosamente joven) lleno de energía, que no temió dar el paso que muchos no nos atrevimos a dar.
Y luego siguió su camino verdadero, que fue el camino de las palabras, escritas una a una, cada cual con su profunda densidad, con su forma precisa de decir.
Lee uno a Arturo y se encuentra a sí mismo. ¿Cómo es posible?, piensa en el silencio de su habitación.
Y la risa y la sonrisa lo invaden por dentro: aquí está lo que yo tenía que decir, en la forma en que yo lo tenía que decir, con la poesía necesaria para perdurar en la sed de la gente.
Arturo no va a morir. Si yo estuviera allá iría a su homenaje para decírselo: tú, Arturo, eres eterno, más eterno que el pedernal, mucho más que la palabra Colombia o que la palabra poesía.
Te irás, tal vez, como nos iremos todos, pero te irás sin abrir la puerta de este sitio donde compartimos lo que fue, lo que pudo ser nuestra vida.
Y, dime, ¿cómo se puede ir uno sin abrir la puerta? Ese es el misterio que no resuelven los que no se van, por la sencilla razón de que son eternos.
Un abrazo, Arturo. Un largo abrazo emocionado, como los de Vallejo, que dure lo que dura una vida.
Y gracias. Gracias por haber sido el hombre que soñaba un país, como una urgencia, como una costumbre.
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EL CADÁVER DE LOS HOMBRES INVISIBLES.
De: Cronopios cronopios@cable.net.co
Para: Suscriptores. Asunto: N1O1: Alape*
Cronopios. Diario virtual para hombres y mujeres de palabra. Fundado en 1990
Miércoles 23 de agosto de 2006 ignacioramirez@cable.net.co
EL CADÁVER DE LOS HOMBRES INVISIBLES
Por Ignacio Ramírez de Cronopios.
Foto: Arturo Alape
Yo, que me estoy muriendo, fui a visitar a Arturo Alape porque por ahí dicen que se está muriendo.
Semicadáveres nos abrazamos y nos quedamos fijos uno en el rostro del otro, como si alguien mustio frente al espejo no acertara a saber si él es la imagen o el reflejo.
Muertos de pie como los árboles de Alejandro Casona.
Arturo tiene la cara blanca del anémico. Yo la cerúlea del ictérico.
Nos acompañaba Teresa Montealegre, ex esposa de Arturo y madre de su ya prestigioso hijo Manuel, historiador y cinematografista, hoy en París.
En la frente de Teresa no empieza el cielo de Carranza sino la escarcha del mismo mal del tiempo.
Tres especies en vía de extinción y una sola evidencia verdadera: la eternidad no dura mucho.
Teresa se está dejando el pelo blanco y tiene mechones rojos para semejar una antorcha que alumbra y arde entre la nieve de papeles que luego serán libros.
Arturo parece que quiere vivir un poco más porque aún le queda mucho por hacer.
A mí “todo me da lo mismo. Todo me cabe en el diminuto hórrido abismo, donde se anudan serpentinos mis sesos”, como cantó un León.
Arturo pinta ahora un bestiario donde van a vivir sus vidas de cartón desde bandoleros como Sangrenegra hasta fluviales pícaros como el hombre caimán.
Arturo pinta y escribe y enseña y discute y sueña y necesita algo clínico con nombre de laboratorio caro y por eso esta noche sus compañeros del Teatro La Candelaria presentarán una función de En la raya en su honor y a su favor, a la que todos debemos asistir.
Arturo ahora es un doctor honoris causa de la Universidad del Valle. Antes fue un trashumante en busca del tiempo perdido. Un errabundo que se encontró a sí mismo.
Protagonista de huelgas, enemigo de las dictaduras, buscador de caminos políticos, vendedor ambulante, pintor de vocación, andariego, periodista, rumbero, cacharrero, comunista, perseguido, renglón de listas negras, padre de una Paloma, exiliado, lector, biógrafo de las muertes de Tirofijo, quien aun vive también.
Nadie en Colombia sabe ni ha sabido tanto sobre el 9 de abril de 1948 como Arturo Alape, cuyas historias se han multiplicado en libros, radio, televisión, cine y teatro.
Por eso los camaradas teatreros candelarios (¡40 años a bordo de sí mismos!) son los primeros en asumir la obligación debida: a Arturo lo que es de Arturo, a los candelos lo que es de los candelos, como será esta noche en la cita que todos vamos a cumplir.
La visita de muertos que gozan de no tan cabal salud pero sí de palpable y saludable buen humor, concluyó allí porque Arturo tenía que ir a ganarse la vida en este país de muerte, dictando una clase en la Universidad.
Cuando pienso en el destino de los escritores colombianos recuerdo un verso de Julio Arboleda que aprendí cuando niño: “Somos como esos árboles ya viejos/ que el tiempo cubre de úlceras y lamas”.
Y otro de Julio Flórez: “Todo nos llega tarde/ hasta muerte”.
Arturo salió corriendo para llegar a tiempo. Lo dejamos en un taxi que cobra por la carrera más o menos lo que una Universidad paga por una hora de clase a sus maestros.
Teresa y yo nos abrazamos y nos fuimos caminando lento por las calles de nuestros viejos barrios de La Soledad y Santa Teresita y hablando por supuesto de la niñez, lo único memorable en esta sombra que pasa.
¿De qué hablarán los muertos si no de sus infancias?
Esta tarde durante el abrazo común entendí por fin el título de uno de los libros de Arturo que poca gente conoce y a mí me gusta aun por su frescura y poesía: El cadáver de los hombres invisibles.
Esta noche nos vemos En la raya, en La Candelaria, a las 7.30, inmediatamente después de que el maestro Alape se haya ganado el pan de cada día, que el pan de cada noche se amasa con palabras y con sueños.
*****
César Vallejo nos regala una ñapa
Masa

Al fin de la batalla,
y muerto el combatiente, vino hacia él un hombre
y le dijo: «No mueras, te amo tanto!»
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Se le acercaron dos y repitiéronle:
«No nos dejes! ¡Valor! ¡Vuelve a la vida!»
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Acudieron a él veinte, cien, mil, quinientos mil,
clamando: «Tanto amor, y no poder nada contra la muerte!»
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Le rodearon millones de individuos,
con un ruego común: «¡Quédate hermano!»
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Entonces, todos los hombres de la tierra
le rodearon; les vio el cadáver triste, emocionado;
incorporóse lentamente,
abrazó al primer hombre; echóse a andar.
César Vallejo, 10 de noviembre de 1937
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Cronopios es una casa de puertas abiertas. Cronopios trabaja por puro amor al arte. Si le gusta Cronopios, pase la voz…
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'En la raya', en pro de Alape
eltiempo.com y EL TIEMPO impreso, cultura Agosto 22 de 2006 Fuente
Foto: Archivo - EL TIEMPO Arturo Alape colaboró para la creación más importante del grupo teatral La Candelaria, según Santiago García, su director. Aporto la investigación para la obra 'Guadalupe años sin cuenta'.
Lo que se recaude en la función de mañana, se le entregará al escritor y pintor Arturo Alape, que atraviesa un momento crítico.
Con la presentación de la obra 'En la raya', el teatro 'La Candelaria' empieza mañana la temporada de repertorio, como parte de la celebración de sus 40 años.
La primera presentación (a las 7:30 p.m.) tiene, además, un carácter especial, pues el dinero recaudado será para el escritor y pintor Arturo Alape. "Esta función tiene dos sentidos -dice el director de La Candelaria, Santiago García-. Por una parte, él está atravesando una enfermedad muy costosa, un momento crítico, y la función servirá para ayudarle. Es un sentido práctico. Pero, por otra, este también es un homenaje a un gran escritor del país, que además ha sido un gran colaborador de La Candelaria".
García recuerda que Alape fue fundamental para la creación de la obra más importante del grupo teatral, Guadalupe años sin cuenta.
"Él nos hizo que la investigación para la obra fuera posible, porque nos facilitó todos los materiales. Nosotros le debemos mucho", agrega.
Por eso la boleta para esta presentación de 'La Raya' (obra basada en 'Crónica de una muerte anunciada', de García Márquez) es un "bono solidario", de 50 mil pesos en adelante. Este incluye una litografía en pequeño formato de Arturo Alape.
MIÉRCOLES 23 DE AGOSTO 7:30 P.M. TEATRO LA CANDELARIA, CALLE 12 NO. 2-59. PUNTOS DE VENTA: LIBRERÍA LERNER CENTRO: AVENIDA JIMÉNEZ NO. 4-35; LIBRERÍA LERNER NORTE: CALLE 92 NO. 15-23 Y TEATRO LA CANDELARIA. INFORMES: 286 3715-281 4814. SALVARALAPE@YAHOO.ES
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Date: Aug 21, 2006
Hola... felicitaciones por el trabajo del blog y el homenaje a ALAPE.
Invito a "bajar" algunas fotografías realizadas en el Congreso de Historia Oral de Brasil, en el cual Arturo participó conmigo. Estas están en el sitio del colectivo de historia oral www.colectivohistoriaoral.org y con ellas acompañar el blog de ALAPE.
Saludos para Arturo Alape Clic en el texto para ver la presentación.
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From: alberto rojas morales arojas_37@hotmail.com
To: osdelgad@urosario.edu.co Cc: arojas@cc-net.net
Sent: Monday, August 21, 2006
Subject: UNA IMPORTANTE SUGERENCIA, ALAPE, SOLIDARIDAD
APRECIADO OSCAR:
PODRIAS SUGERIR, POR FAVOR, QUE SE DIVULGUE UN NUMERO DE CUENTA EN UN BANCO EN DONDE SE PUEDA DEPOSITAR EL DINERO CORRESPONDIENTE A LAS BOLETAS POR PARTE DE PERSONAS, COMO YO QUE NO PODREMOS ASISTIR AL TEATRO Y OTROS MILES DE PERSONAS QUE NO CONSEGUIRAN CUPO EN
EL MULTITUDINARIO HOMENAJE AL MAESTRO ARTURO ALAPE.
ALBERTO ROJAS MORALES
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From: OSCAR DELGADO
osdelgad@urosario.edu.co
To: Listado de la RED

Subject: A propósito del caso de ARTURO ALAPE el profesor CARLOS ALBERTO VILLEGAS URIBE pone en la picota las falencias de las políticas culturales del Estado hacia los intelectuales. Trátese de Uribe o de Lucho o de las Universidades estatales
Date: Sun, 20 Aug 2006
----- Original Message -----
From: cecreacolombia
cecreacolombia3000@yahoo.es
CARLOS ALBERTO VILLEGAS URIBE.
To: UCEN ;
osdelgad@urosario.edu.co ; aalape3@yahoo.es
Sent: Sunday, August 20, 2006
Subject: RV: Un Homenaje biopolítico para el autor de El Cadáver Insepulto
Apreciado Oscar y Miguel Angel.
Gracias por rescatar para le memoria el valioso aporte que uno de los más importantes historiadores y literatos colombianos le ha hecho a las comprensión de las ciencias sociales.
Sin duda el nombre de Arturo Alape se inscribe al lado del Orlando Fals Borda y del de Alfredo Molano, como académicos que revolucionaron en nuestro país los cánones de la investigación en ciencias sociales.
El primero con sus planteamientos etnometodológicos y los segundos con la profundización de esas propuestas metodológicas al traslaparlos con los escenarios de la buena la literatura. Una conjunción de ciencia y estética que cuestionó los métodos positivos de las ciencias sociales y le propuso nuevos caminos a los estudios e investigaciones sociales.
De allí la acotación de Miguel Angel Herrera (ver más adelante) , acerca de la comprensión sociológica que la obra El Cadaver Insepulto le aporta desde las fronteras de la literatura a las ciencias sociales, es otro de los elementos que validan la tarea creadora y científica de nuestro admirado Historiador Arturo Alape:
"Por la vía estética, sin proponérselo explícitamente, Arturo Alape ha dejado plasmada en su novela testimonio que culmina un exhaustivo ejercicio de pesquisa histórica, la crítica de la categoría pueblo como interpelación que conculca, paraliza, cristaliza el poder constituyente de las singularidades que las revoluciones modernas han puesto en el centro de la cuestión social.
Esta lucidez coloca a Arturo Alape en su justo lugar como historiador de la transición a la modernidad capitalista truncada por el doble fenómeno de la guerra civil y el Frente Nacional, el modo como ocurre la revolución pasiva que desvía el rumbo a ese primer estallido de la multitud democrática que Alape captura con la doble pinza del esteta y el historiador en la metáfora espacio-temporal del Cadáver Insepulto."
Me uno efectivamente a la tarea solidaria de apoyar y salvaguardar la seguridad de Alape, pero quiero señalar también que el caso de esta figura de las ciencias sociales y de la literatura colombiana es sólo uno de los casos de los creadores colombianos que padecen la ausencia de políticas culturales que protejan a quienes desde los escenarios de la inteligencia, la reflexión y la creación trabajan por una Colombia mejor, donde la guerra no sea la única y última posibilidad de existencia.
Creo que este acto solidario debe también señalar la falencia de las políticas públicas formuladas para el ámbito de la cultura. Debe llevar a las instituciones de educación superior del país a reflexionar sobre su responsabilidad en casos como estos, donde uno de los más prestigiosos e innovadores investigadores sociales se enfrenta a la precariedad porque la academia no ha propiciado para él escenarios dignos y coherentes con su aporte.
La sola autocrítica y su consecuente acción serían ya un acto concreto con la defensa del intelecto y del saber del que se nutren diariamente. La situación de Arturo Alape, es la punta del iceberg. Un caso similar lo está viviendo Milcíades Arévalo quien desde su revista de poesía Puesto de Combate, ha promovido por cuenta propia la circulación y el disfrute de los poetas de vanguardia en nuestro país. Así como infinidad de creadores culturales y científicos sociales que por dignidad no ventilan sus penurias.
Invito a los escritores, periodistas, investigadores, académicos y a todo colombiano y colombiana que tenga la posibilidad de hacer circular su voz y su pensamiento a través de cualquier medio de comunicación tradicional o alternativo a que señalen la responsabilidad del Gobierno en la ausencia de políticas publicas efectivas que amparen el pensamiento y la creación, mientras ese mismo gobierno dedica ingentes recursos para propiciar la muerte, la destrucción, la corrupción y la guerra como el único y falaz futuro posible.
CARLOS ALBERTO VILLEGAS URIBE.
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De: " Miguel Angel Herrera Zgaib "
maherreraz@hotmail.com
Para:
osdelgad@urosario.edu.co
CC: jcgaloz@yahoo.com, caruso68co@yahoo.com, nihil11@hotmail.com, pignones@yahoo.es, aumapumu@hotmail.com, cecreacolombia3000@yahoo.es, desastri@hotmail.com
Asunto: Un Homenaje biopolítico para el autor de El Cadáver Insepulto
Fecha: Sun, 20 Aug 2006
Apreciado Oscar:
Ahora que el historiador, cronista y esteta que ha sido Arturo Alape libra una batalla definitiva, quiero recordar de manera testimonial la inolvidable experiencia de una reflexión compartida en el espacio intelectual del IPL, donde coincidimos en una reflexión estética y política por invitación de comunes amigos, y donde fue pieza central su novela documento El cadáver Insepulto, donde la emoción estética, la lógica de la imaginación revela la presencia de una nueva subjetividad colectiva, la multitud como actor político que realiza la intuición política de Jorge Eliécer Gaitán como conductor, probando que el pueblo, en tanto se transformó en multitud resulta superior a sus dirigentes en tanto ejerce la autonomía social y política en el espacio público de las calles y plazas. Tan superior a sus dirigentes, que no hizo excepción con el "negro" Gaitán mismo en la gran encrucijada de la democracia colombiana, donde la dirigencia alternativa de entonces también sucumbió a los fantasmas del liberalismo y el comunismo criollos presos de una retórica paralizante en el centro del poder que era y sigue siendo desde entonces Bogotá.
Por la vía estética, sin proponérselo explícitamente, Arturo Alape ha dejado plasmada en su novela testimonio que culmina un exhaustivo ejercicio de pesquisa histórica, la crítica de la categoría pueblo como interpelación que conculca, paraliza, cristaliza el poder constituyente de las singularidades que las revoluciones modernas han puesto en el centro de la cuestión social.
Esta lucidez coloca a Arturo Alape en su justo lugar como historiador de la transición a la modernidad capitalista truncada por el doble fenómeno de la guerra civil y el Frente Nacional, el modo como ocurre la revolución pasiva que desvía el rumbo a ese primer estallido de la multitud democrática que Alape captura con la doble pinza del esteta y el historiador en la metáfora espacio-temporal del Cadáver Insepulto.
Por último, como parte de este homenaje en vida, me permito sugerir, que el Museo Gaitán, y la programación que desarrolla semestralmente haga un alto en el camino, y proponga una suerte de seminario internacional que tenga como punto de encuentro las contribuciones de Arturo Alape, y sobre esta última, su novela El Cadáver Insepulto que ha ido más allá de las cogitaciones sobre las múltiples violencias y las nuevas guerras.
Con aprecio inocultable de colega e interlocutor, Miguel Angel Herrera Zgaib
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From: Martina y Rainer Hamburger-Stiftung@t-online.de
To:
aalapeblog@gmail.com Date: Aug 20, 2006
Subject: tus amigos desde Amburgo
Saludos cariñosos desde Amburgo/ Alemania por parte de Martina y Rainer
Amburgo, 18. Agosto 2006
Querido amigo Arturo!
Aquí en Amburgo también pensamos en tí y estamos a tu lado! Recibimos la mala noticia sobre tu penosa enfermedad y deseamos fuertemente que recibas el mejor tratamiento medical que haya en el mundo.
Tu amistad nos enriquece y honora. Tu arte nos hizo y hace feliz. Cada mañana nos saluda Paloma con sus lindos Hojas-ojos abiertos. Visitando a mi hermano Andreas nos hace señas "el Alemán" en la pared.
Compartimos muchos momento felices contigo y tu familia en Amburgo. Recordamos tus lecturas y exposiciones originales aquí. Te extrañamos!
Te deseamos mucha fuerza y suerte!
Con saludos de solidaridad, tus amigos en Alemania, Martina y Rainer
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De: Patricia Ariza patriciaariza@yahoo.es
Enviado el: Sábado, 19 de Agosto de 2006
Asunto: Solidaridad con ARTURO ALAPE
Queridos amigos;
Sé que sería necio e innecesario escribir en este breve correo una semblanza digna capaz de reflejar el valor literario y humano que representa para Colombia, un hombre que como Arturo Alape ha dedicado buena parte de su vida a la reconstrucción de nuestra memoria histórica y que además encarna tantos valores humanos como intelectuales; y quienes lo conocen saben que me refiero más que a su labor pedagógica y académica, a su larga trayectoria como escritor e investigador de nuestra triste y manoseada historia, a su lucha siempre altiva y consecuente con las ideas que siempre lo han impulsado.
En un país consciente de sus valores, defensor de principios y de causas dignificantes para el alma humana, este correo no tendría sentido, porque la solidaridad se habría manifestado sin reservas y serían muchos los dispuestos a entregar su corazón y mucho más, para que la memoria, aún viva de Alape, continuará iluminando la mente de muchos estudiantes y el paso de cientos de compatriotas. Sin embargo, y pese a que no han faltado los gestos tibios de amor, no se ha producido una rotunda manifestación de apoyo capaz de reconocer sin tapujos la valerosa lucha de Arturo Alape en momentos tan cruciales para su vida, y por supuesto tan definitivos en el devenir literario e intelectual de un país tan atormentado como el nuestro
Arturo Alape, para quienes aún no lo saben, padece desde hace algún tiempo la dura enfermedad de la leucemia, y ante una reciente recaída debió acudir al empleo de medicamentos con un costo elevadísimo, que si bien, tras la ardua lucha que ha debido emprender no sólo para mantenerse erguido y de pie, sino para que la EPS a la cual se encuentra afiliado le reconozca sus derechos, ha logrado asegurarse alguna parte de la medicina que necesita para poder continuar con vida, pero aún requiere de nuestro apoyo y rotunda solidaridad.
El miércoles 23 de agosto se llevará a cabo un evento en el Teatro La Candelaria a las 7:30 de la noche, con el fin de recaudar fondos y manifestar la solidaridad, la estima y gratitud que le debemos al profesor Arturo Alape. El valor de la entrada es de $50,0000. Los teléfonos del Teatro La Candelaria son: 2814 814 y el 286 37 15. Espero que no dejen pasar está oportunidad para hacer algo efectivo por la memoria de este país; para que la llama y la sabiduría de Alape no se apague aún, y menos en momentos tan álgidos y oscuros, en los cuales es urgente reconocer nuestro pasado para empezar a proponer país. Saludos cordiales, Patricia Ariza
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From: OSCAR DELGADO
To: RED.
Date: Sat, 19 Aug 2006
Subject: No olvidar!!!! El miércoles 23 es el homenaje a ARTURO ALAPE. En el Teatro La Candelaria nos encontraremos sus amigos y/o admiradores de su obra --NO FALTEN-- LLeven los 50 mil pesitos que se invertirán para el ingreso a la obra dirigida por SANTIAGO GARCIA. ALAPE apoyó con denuedo la campaña de Lucho Garzón-- Como a tantos otros (incluso a estudiantes y a numerosísimos profesores universitarios que por él votaron), a ALAPE Lucho no le dió las gracias asì fuera de lejitos, a través de un simple mensaje de gratitud por correo.
Su arribismo social no le alcanza el tiempo para cortesías más allá de la gente de la oligarquía que lo ha explotado, como iner allia lo hace ahora María Emma con su campaña por la sucesión de Luchito en la Alcaldía. Por eso Lucho no quiere ser candidato presidencial del Polo sino de sus amigos godos y oligarcas.
Ojalá todo el grupillo de burócratas y contratistas luchistas se acuerde de ALAPE asistiendo a su homenaje sin colarse AD-HONOREM sino llevando algún modesto óbolo.
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ALAPE Y SUS AMIGOS MEMORIOSOS
Por Carlos Vásquez-Zawadzki (Agosto 19, 2.006)
Arturo Alape (Cali, 1938) es para nosotros un ‘hacedor’ –en el sentido sugerido por un Borges--, escritor, además de pintor, de todas las horas y jornadas inagotables de trabajo. Ello, desde hace cuatro décadas creativas y productivas. En los últimos meses, su ritmo de trabajo ha disminuido debido a quebrantos de salud, quebrantos que con nuestra solidaridad espera superar para continuar con su obra significativa.
En efecto, para Alape y sus lectores, son cuatro décadas centradas en la investigación y conocimiento de nuestras realidades históricas y socioculturales, literarias y artísticas, a través de nuevas y abiertas preguntas que apuntan siempre a la construcción de un país memorioso, a la vez que una geopolítica democrática de justicia, inclusión y equidad sociales. Esta otra geopolítica o cartografía es aprehendida y narrada a partir de posiciones éticas y críticas frente a las estructuras tradicionales y existentes del poder en Colombia.
Arturo Alape es así, en el contexto de las letras y culturas latinoamericanas, uno de los más importantes investigadores y conocedores de nuestra historiografía, sociedad e imaginarios; como también, un narrador literario de dimensión continental. Su obra ensayística y de ficción –cuentística y novelística--, en la que se incluye su escritura periodística, cuenta con veinte títulos, múltiples y permanentes ediciones, impresiones y traducciones –al francés, inglés, alemán, japonés, entre otras lenguas--. Y constituye un referente fundamental, y aún clásico, para los estudiosos de nuestras realidades históricas, socioculturales y literarias.
Es en la escucha del Otro, del presente y del ayer, en sus voces plurales o colectivas, que Alape deviene un ‘hacedor’ o escritor. De esta manera El Bogotazo: memorias del olvido, Un día de septiembre, La paz, la violencia: testigos de excepción, en una perspectiva historiográfica; o bien, Noche de pájaros, Mirando al final del alba, Sangre ajena y El cadáver insepulto, en una dimensión literaria narrativa; como también, valoraciones múltiples de León de Greiff y Tomás Carrasquilla o bien Río de inmensas voces y otras voces, en una perspectiva crítico-estética; y Soy un libro en prisión, en un renovador proceso comunicativo y periodístico a través del género de la crónica.
Asimismo Alape escucha las tradiciones culturales, literarias y pictóricas universales e hispanas, lenguajes y campos discursivos, para conjugarlos y fusionarlos según la estética específica de cada una de sus obras.
Ahora, sus amigos y lectores, queremos acompañar al Maestro Alape –solidarizándonos con su vida ejemplar--, para que su obra in progress –novelas fundamentales sobre las décadas del cuarenta al sesenta en Colombia, al tiempo que una serie inagotable de superficies pictóricas— se conviertan en realidades, tanto vitales como estéticas y literarias. Lo haremos efectivamente asistiendo a la obra de teatro En la raya, del afamado grupo de Teatro La Candelaria, dirigida por el Maestro Santiago García, el día miércoles 23 de agosto, a las 7:30 p.m. La boleta o bono para asistir a la misma tendrá el valor de cincuenta mil pesos ($50.000). Su recaudo contribuirá a aliviar los compromisos económicos actuales del Maestro Alape.
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De: Marcela Ferrari* mferrari@bart.mdp.edu.ar
Enviado el: Jueves, 17 de Agosto de 2006 10:37 a.m.
Para: Arturo Alape
Asunto: Holalá
Querido Arturo,
Ayer recibí un correo que me alarmó muchísimo referido a tu salud. Será que los luchadores tienen que seguir luchando, no? Además, hay mucha gente que te quiere y te acompaña solidariamente. Esto es un reconocimiento por tanto que has dado.
Hasta a mí, por ejemplo. Recuerdo tu trabajo en ciudad Bolívar y tu convicción de que sólo a través del arte se puede hacer algo por la gente. Pues bien, volví de lo más movilizada y, después de haber leído "... la hoguera de las ilusiones", me propuse trabajar en ese sentido. Comencé a dirigir un proyecto que, inicialmente era para hacer la historia oral de un barrio. Luego, nos quedamos con el sector más poblado y más conflictivo. Poco a poco, lo que habíamos pensado como un libro de la ya algo tradicional historia oral -¡¡¡¡que no se enteren los queridos compañeros del colectivo!!!!- pasó a ser un texto que procura darle historicidad a los problemas del barrio: de construcción, hacinamiento, drogadicción, alcoholismo. Y también empezamos a hacer otras intervenciones: organizamos talleres artesanales, actividades de recuperación del espacio público, apoyo escolar. De un taller de telar se está evolucionando hacia una cooperativa de producción y las mismas alumnas devuelven lo que se les dio enseñando a más gente. Pintamos una plaza con los chicos que hacen apoyo escolar. Esto hizo que se nos acercaran los adolescentes que están tomando cerveza en la placita desde las 14 hs y nos dijeran que les interesaría pintar un mural. Estamos negociando con ellos para hacer un taller de mural en el que participen los artistas plásticos de la ciudad. Y ahora se ha sumado una profesora de fotografía de la Escuela de Artes Visuales con un proyecto, desprendido de éste, para hacer una muestra con el estudio correspondiente.
Ya ves, Arturo, que has desatado acciones fértiles (hasta que la realidad les ponga el límite) por estas tierras del sur. Y quería contártelo porque es la manera de agradecerte ¿Cómo no te va a querer la gente? ¿Cómo no van a organizar una función a gritos? Si se quiere a aquellos de los que se aprende a ser mejor gente...
Un fuerte abrazo, que es mi modo de acompañarte. Marcela Ferrari*
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* Sobre Marcela Ferrari: http://www.fahce.unlp.edu.ar/mundoagrario/nro9/FerrariCV.htm
FOTO: http://www.tell.cl/modules/My_eGallery/gallery/anterior/casino/17.jpg

BIBLIOGRAFÍA DE Y SOBRE A. A.. SILC, UdeA.

BIBLIOGRAFÍA DE Y SOBRE ARTURO ALAPE
FUENTE http://docencia.udea.edu.co/comunicaciones/literaturacolombiana/pdf_files/bibliog3.pdf
Bibliografía que se está fijando para el proyecto de investigación SILC (Sistema de Información de la Literatura Colombiana), de la Maestría en Literatura Colombiana de la Universidad de Antioquia, 2003-2004.
Augusto Escobar Mesa, Universidad de Antioquia
aescobarm49@hotmail.com
Complementación en esta misma Bitácora: HOJA DE VIDA


Novelas
1984. Noche de pájaros. Bogotá, Planeta, 103 p.
1989. “El museo familiar de los ciempiés” (frag. de la novela El tren de la selva). Juventud Rebelde; Sin Permiso (supl.). La Habana (jun.30/89):2-3.
1998. Mirando el final del alba. Bogotá, Planeta (colección Espasa-Narrativa.
2000. Sangre ajena. Bogotá, Planeta, 178 p. (colección Seix Barral-Biblioteca Breve).
Cuentos
(1972, 1ª. ed.) Las muertes de Tirofijo. Bogotá, Abejón Mono, 171 p.
-----. (1976, 2ª) Bogotá, Plaza y Janés, 80 p.
-----. (1980, 3ª) Bogotá, Plaza y Janés, 150 p.
-----. (1998, 4ª) Bogotá, Planeta, 144 p.
(1979) El cadáver de los hombres invisibles. Bogotá, Alcaraván, 133 p.,
-----. (1985, 2ª. ed.) Bogotá, La Oveja Negra, 114 p.
(1995) Julieta, los sueños de las mariposas. Bogotá, Planeta.
Crónicas
(1970, 1ª ed.) Diario de un guerrillero. Bogotá, Abejón Mono, 128 p.

-----. (1968) Journal d’un guérillero. París, Éditions du Seuil (traducido al francés).
-----. (1969) Diario de un guerrillero. Tokio, Shobun-sha Publisher (traducido al japonés).
-----. (1978, 2ª ed.) Bogotá: Ecoe, 126 p.
(1989) La vida de Pedro Antonio Marín, Manuel Marulanda Vélez Tirofijo. Bogotá, Planeta, 399 p.
(1994) Tirofijo: los sueños y las montañas 1964-1984. Bogotá, Planeta, 295 p.
(1997) Río de inmensas voces… y otras voces. Bogotá, Planeta, 307 p.
(2002) Yo soy un libro en prisión: crónicas. Bogotá, Intermedio, 253 p.
Crónica testimonial
( (1977) Un día de septiembre: testimonio del paro cívico 1977. Bogotá, Armadillo, 161 p.
(198 3, 1ª ed.) El Bogotazo, memorias del olvido. Bogotá, Universidad Central, xxvii, 653 p.
-----. (1983, 2ª) Bogotá: Pluma, xxvii, 653 p.
-----. (1983, 3ª) Bogotá: Pluma, 680 p.
-----. (1983, 4ª) Bogotá: Pluma, 653 p.
-----. (1985, 5ª) Bogotá: Círculo de Lectores, xxvii, 653 p.
-----. (1987, 6ª) Bogotá: Planeta, xxvii, 653 p.
-----. (1994, 7ª) Bogotá: Planeta, xxvii, 653 p.
(1985, 1ª ed.) La paz, la violencia: testigos de excepción. Bogotá, Planeta, 640 p.
-----. (1985, 2ª) Bogotá: Planeta, 640 p.
-----. (1985, 3ª) Bogotá: Planeta, 640 p.
(1995) Ciudad Bolívar: la hoguera de las ilusiones. Bogotá, Planeta.

Antologías
(1990) Valoración múltiple sobre Tomás Carrasquilla. Bogotá, Alcaldía Mayor de Bogotá- Instituto Distrital de Cultura y Turismo, 441 p.
(1995) Valoración múltiple sobre León de Greiff. Bogotá, Fundación Universidad Central, xxi, 537 p.
Otros cuentos
1971. “Domingo del difunto” (cuento). Xilote. México (oct.71):29.
1975. “La ceiba, abuela bonachona” (cuento). El Pueblo; Estravagario. Cali, 10 (mar.30/75):1.
1975.. “La culebra olvidadiza” (cuento). El Caimán Barbudo. La Habana, 88 (mar.75).
1986. “El álbum de los vivos” (cuento). Esp.;MD, 183 (sep.28/86):19-21.
1989. “La vida solamente se escribe una sola vez” (cuento). 1990. El Día; El Gallo Ilustrado. México (feb.26/89):23.
1989. “‘El tren de la selva’. El museo familiar del ciempiés” (cuento). Esp.;MD, 329 (jul.30/80):6-8,10.
1993. “Mi padre, humo disperso despidiéndose” (cuento). Prisma. Bogotá 9/45 (oct.-dic.93):80-84.
Libros colectivos e investigaciones
1993. “La negociación: historia de una imagen fotográfica” en: La reinserción: los caminos entre la guerra y la paz. Bogotá, Fondo Editorial por la Paz-PROGRESAR, 1993, p. 65-126 (ISBN: 958-95559-3-4).
1995. Alape, A. y otros. La reinserción desde las regiones. Tercer Informe. Balance del proceso de reinserción del EPL. Bogotá, Fundación para el Desarrollo Social, la Democracia y la Paz-PROGRESAR, mar./95, 164 p. A. Alape (investigador principal), Cecilia Isaza (coordinadora), Fabio López (asesor), Carolina Aldana (asistente).
1997. Alape, A. y otros. Observatorio de cultura ciudadana: proyecto formar ciudad. Entornos universitarios: ¿sitios de trasgresión o
convivencia ciudadana? Bogotá, Secretaría de Educación de Bogotá, abr./97, 454 p. A. Alape (investigador principal), Carlos Arturo Montalvo Pérez (co-investigador), Ángela Muriel, Santiago Durán, Victoria Castiblanco (auxiliares administrativos).
1997. La acción comunicativa en la escuela. Bogotá, Secretaría de Educación de Bogotá, dic./96-oct./97, 44 p.
1997. Alape, A. y Helena Useche. Proyecto de acción comunicativa en la escuela (informe final). Bogotá, Instituto para la Investigación Educativa y el Desarrollo Pedagógico IDEP, nov./97, 148 p.
1997. Alape, A. y otros. “El 9 de abril: muerte y desesperanza” en: Saqueo de una ilusión. El 9 de abril: 50 años después. Bogotá, Ministerio de Cultura -Instituto Distrital de Cultura y Turismo, 1997, p. 91-112 (William Ospina, Silvia Galvis, R. H. Moreno Durán, Lisandro Duque, Antonio Caballero y otros).
Artículos de Revista
1971. “Los revolucionarios son los forjadores de nueva cultura” (entrevista a Pedro Alcántara). Xilote. México N° ¿? (oct./71):39-40.
1984/c. Ruiz R. Hugo. “El Bogotazo, memorias del olvido” (res.). Prensa Nueva. Ibagué 4/25 (feb./84):4.
1985/c. Plasencia, Azucena. “Vocero de la historia contemporánea colombiana”. Bohemia. La Habana N° ¿? (ag.2/85):25-26.
1985/c. Pérez Martínez, Ezequiel. “Un artífice del periodismo histórico”. Bohemia. La Habana N° ¿? (ag.2/85):21-22.
1988. “Was ist ein Sicario? Ein Kolumbianisches Berufsbild”. Tagebuchi. Wien 7/8 (jul.-ag./88):27-28.
1988. “Was ist ein Sicario?” Hallo. Wien 10 (oct./88):20-23.
1989. “Chuchu. Sueño con los sueños de Torrijos”. Pueblo y Cultura. La Habana (feb.28/89):16-18.
1989. “Colombia: la macabra invención de la muerte ajena”. Claridad. San Juan, Puerto Rico (may.12-18/89):7.
1989. “Das Exil oder Die Kerker der Erinnerungen”. Tagebuch. Wien (Austria) 10 (oct./89):20-22.
1991. “Carlos Rafael Rodríguez, vicepresidente de Cuba. La crisis más grave de la revolución” (entrevista). 90. Bogotá 2 (may./91):26-30 (ISSN: 0121-3741).
1992. “El poder legislativo busca un rostro”. Cien Días. Bogotá, 5/18 (abr.-jun./92):9-10.
1993. “Jorge Eliécer Gaitán: abril 9 de 1948”. Credencial Historia. Bogotá 37 (en./93): 10-12 (ISSN: 0121-3296).
1993. “Después del 9 de abril: Colombia 1948-1993)”. La Tadeo. Bogotá, 38 (jul.-sep./93):38-39 (ISSN: 0120-5250).
1994. “Contextos urbanos. Ciudad Bolívar: memoria de la trashumancia”. Contextos. N°??? (may./94):9.
1996. “Urabá, la sociedad del miedo”. Cambio. Bogotá 139 (feb.12/96):44.
1996/c. Williams, Raymond. “‘El cuarto mundo’ de Arturo Alape”. Texto y Contexto. Bogotá, Universidad de los Andes 29 (en.-abr./96): 177-179 (ISSN:0120-5455).
1996. “La reinserción del EPL: ¿esperanza o frustración?”. Colombia Internacional. Bogotá 36 (oct.-dic./96):16-27 (ISSN: 0121-5612).
1997. “Ciudad Bolívar: la esquina de sueños y de miedos”. Revista Cancillería de San Carlos. Bogotá 21 (en./97):107-112 (ISSN:0121-2710).
1997/c. Barbosa, Héctor Alfonso. “La ciudad de 24 barrios” (res. de “Ciudad Bolívar: la hoguera de las ilusiones”). Boletín Cultural y Bibliográfico. Bogotá 34/44 (1997):136-137 (ISSN: 0006-6184).
1998. “La radio el 9 de abril”. Credencial Historia. Bogotá 137 (abr./98):28-32.
1998. “The possibilities for peace”. Nacla. Report on the Americas. New York, 31/5 (march-april/98):36-37 (ISSN: 1071-4839).
1999/c. Vásquez Zawadski, Carlos. “La mirada perdida y recuperada. ‘Mirando al final del alba’ de Arturo Alape”. Hojas Universitarias. Bogotá 47 (abr./99):52-54 (ISSN:0120-1301).
2000/c. Anónimo. “La palabra no ha muerto” (Feria del Libro 2000, res. “Sangre ajena”). Semana. Bogotá 939 (may.1-8/00):98-101. (ISSN: 0121-4837).
Artículos de periódicos
El Espectador
1981. “los días de abril del 48 en Barranca”. Esp.;MD (abr.5/81):5-7.
1981/c. Verbel Vergara, Ignacio. “Lo de Barranca” (sobre el 9 de abril). El Esp.;MD. (abr.19/81):??
1984. “Fidel en Bogotá”. Esp.;MD, 42 (en.15/84):14-17.
1987. “Cali: la historia del miedo cotidiano y colectivo” (1ª parte). Esp.;MD, 241 (nov. 8/87):4,6-9.
1987. “Cali: la historia del miedo cotidiano y colectivo” (2ª parte). Esp.;MD, 242 (nov. 15/87):6-9.
1988. “Colombia: el exilio o la prisión de los recuerdos”. Esp.;MD (mar.13/88):3-4.
1989. “Juan Gelman: la nostalgia de la tierra” (entrevista). Esp.:MD, 339 (oct.22/89):14-16.
1990. “Antonio Cisneros, inquilino de una ballena” (entrevista). Esp.:MD, 376 (jul. 8/90):16-20.
1991. “Carrasquilla: el persuasivo enigma de la voz”. Esp.;MD, 417 (abr.21/91):20-21.
1991. “La otra voz de Latinoamérica”. Esp. (ag.2/91):???
1991. “La impunidad legalizada”. Esp. (ag.11/91):3C.
1991. “¿A quién le importa la muerte ajena?”. Esp. (ag.25/91):4E.
1991. “Bogotá: memoria de la trashumancia”. Esp. (sep.1/91):2F.
1991. “Rayuela para armar”. Esp. (sep.22/91):3A.
1991. “La olvidada sociedad civil”. Esp. (oct.6/91):3C.
1991. “La historia en la vida cotidiana”. Esp. (oct.13/91):3C.
1991. “Los tiempos en la montaña y la ciudad”. Esp. (oct. 27?0 28/91):????
1992. “Los felices sueños de año nuevo”. Esp. (en.2/92):????
1992. “Silencio cómplice”. Esp. (en.12/92):3B.
1992. “Felipe González Toledo: maestro de la crónica policíaca” (entrevista). Esp.;MD, 455 (en.12/92): 6-9.
1992. “La muerte del unicornio azul”. Esp. (feb.16/92):3C.
1992. “El derecho a decir no”. Esp. (mar.1/92):3C.
1992. “Justicia para la vida”. Esp. (mar.15/92):3C.
1992. “La ronda de los alcaldes”. Esp. (abr.5/92):???
1992. “Los partes militares de la guerra”. Esp. (may.31/92):3C.
1992. “Las muertes en El Castillo”. Esp. (jun. 14/92):3C.
1992???. “Temblor y llamas en el Imperio”. Esp. (may.10/92???): 4D.
1992. “Un años de ilusiones”. Esp. (jul.5/92):3C.
1992. “Eficacia de un operativo ‘limpio’”. Esp. (ag.9/92):4E.
1992. “Simbiosis cultural de tres mundos”. Esp. (oct.12/92):3A.
1992. “Pablo Escobar: la imagen del otro”. Esp. (oct.25/92):3C.
1992. “Pacifismo y guerra total”. Esp. (nov.8/92):3C.
1992. “Conversación con los muertos”. Esp. (nov.17/92):3C.
1992. “Los muertos de una guerra absurda”. Esp. (dic.6/92):3C.
1992. “La paz salvadoreña y la guerra colombiana”. Esp. (dic.20/92): 2D o 3D???
1993. “Como un golpe de Boogie El Aceitoso”. Esp. (en.3/93):1D.
1993. “En el nido del poder. La muela de ‘El Cóndor Lozano’”. Esp. (feb.28/93):1C.
1993. “¡Coronel, asuma la rectoría de la Nacional!”. Esp. (abr.11/93):12A.
1993. “¿Golpe militar o golpe de opinión?” (primera parte). Esp. (jun.13/93): (¿???)
1993. “¿Golpe militar o golpe de opinión?” (segunda parte). Esp. (jun.14/93): (¿???)
1993. “Ser joven y sobrevivir es una utopía”. Esp. (jul.4/93):1C.
1993. “Asilo político y ley de fuga”. Esp. (ag.1/93):10-11A.
1993. “¡Señora, yo no soy culpable de su muerte!”. Esp. (ag.29/93):11E.
1993. “Fidel Castro y el detective 106”. Esp. (ag.15/93):3D.
1993. “Impuesto de valorización”. Esp. (sep.12/93): 2F.
1993. “Rebusque en el ‘basuro’”. Esp. (sep.26/93):13A.
1993/c. Collazos, Oscar. Lucio: ¿denunciante denunciado?” Esp. (nov.10/93):3A.
1994. “Ciudad Bolívar. La gota de agua”. Esp. (en.30/94):2F.
1995. “July. La mirada que recoge los pasos”. Esp.;MD, 634 (jul.9/95):14-17.
1997. “La muela del cóndor León María”. Esp.;MD, 721 (mar.7/97):4-5.
1998. “Atmósfera propicia para el asesinato”. Esp. (abr.5/98):1C.
1998. “La risa de los niños: poder y magia”. Esp. (may.24/98):2D.
1998. “Los amores de María de la Gracia Martínez”. Esp. (jun.7/98):2D.
1998. “La ciudad a los ojos de los universitarios. Bogotá: odio la ciudad, me seduce la ciudad”. Esp. (jun.14/98):3D.
1998. “Qué sucedería si Bogotá fuera Barrancabermeja”. Esp. (jun.21/98):2D.
1998. “Perfil histórico de Manuel Mejía Vallejo: ‘la violencia iba tras de mí como una sombra’”. Esp. (ag.16/98):7A.
1998. “Yo soy un libro en prisión”. Esp. (oct.4/98):2D.
1998. “‘El Borugo’ Hernando Rodríguez”. Esp. (oct.18/98):2E.
1998/c. Vásquez Zawadski, Carlos. “La mirada perdida y recuperada”. Esp.;MD. 812 (dic.6/98):22.
1998. “Los trazos de 27 niños desplazados por la violencia. Autorretrato de Cazucá”. Esp. (dic.13/98):2E.
1998. “Bogotá en manos de niños”. Esp. (dic.20/98):3E.
1998. “Esos peligrosos homónimos”. Esp. (dic.27/98):2F.
1999. “La de 1876, una de las setenta guerras civiles del siglo pasado. La guerrilla de buena familia: Los Mochuelos”. Esp. (en.3/99):2D.
1999. “Su excelencia la gripa en 1918”. Esp. (en.17/99):2D.
1999. “La muerte del verdadero Marulanda”. Esp. (en.17/99):7A.
1999. “San Victorino, otra víctima. El cartucho: de la memoria a la demolición”. Esp. (abr.11/99):2D.
1999. “En memoria de un hombre de memoria” (homenaje a Darío Betancourt E.). Esp. (ag.15/99):2D.
1999. “Ante irrupción de listas de amenazados. Las escrituras del terror en Colombia”. Esp. (sep.5/99):7A.
1999. “Las noches de Cali”. Esp.;MD, 852 (sep.12/99):4.
1999. “Historia del Hospital San Juan de Dios. Una caridad de 435 años”. Esp. (oct.10/99):2D.
1999. “El solitario señor Martínez”. Esp. (oct.24/99):2E.
2000. “Vidrios y clavos en el estómago”. Esp. (feb.6/00):2D.
2000. “Ansiosa espera en la 19”. Esp. (mar.12/00):2G.
2000. “Fortunato Villamizar Villamizar, heredero de un tesón informativo. ‘¡Vivo entre la historia!’”. Esp. (mar.19/00):4C o G???
2000. “¡Milagro! ¡Milagro!” Esp. (abr.2/00): 2G.
2000. “El otro revólver”. Esp. (abr.9/00): 2G.
¿???: “Justicia para la vida”. Esp. (mar.15/??):???
¿???. “Resignación y desamor a manos llenas” ¿???
El Tiempo
1993/c. “Arbeláez, Jotamario. “Arturo Alape no fracasará en la pintura”. El T. (oct.18/93):6C.
1993/c. Anónimo. “Arturo Alape se siente estafado por Lucio”. El T. (nov.10/93):6A.
1993. “Rectificaciones” (carta de A. Alape del 7 de nov.). El T. (nov.10/93):4ª.
1993/c. Anónimo. “El proyecto de Lucio y Alape era editorial, no era político”. El T. (nov.11/93):6A.
1994/c. Sierra, Sonia. “Las memorias encontradas de un país” (entrevista sobre “Tirofijo: los sueños y las montañas”). El T. (oct.29/94).5C.
1995. “La otra visión del ‘Mamotreto’” (sobre León de Greiff) . El T. (nov.24/95):8C.
1999. “Quintín Lame (1880-1967). Un indio que no se doblegó”. El T;LD (abr.4/99):4.
2000. “Un ladrón que no salía del clóset” El T. (jul.16/00); 3:1.
2000. “El cadáver perdido del poeta Brand”. El T. (jul.30/00); 2:1.
2000. “El librero que era él y ella”. El T. (ag.13/00); 2:12-13.
2000. “Ir a cine con mamá”. El T. (ag.27/00); 2:8-9.
2000. “Un ‘amor perdido’ por María Luisa Landín”. El T. (sep.10/00); 3:6-7.
2000. “Esa flor que no retoña”. El T. (oct.8/00); 2:13.
2000/c. Anónimo. “Novedades más vendidas” (“Sangre ajena”, 12 semanas en lista). El T. (oct.14/00): 2/10.
2000. “La confesión del agente Espíritu” (sobre el asesinato de Gaitán). El T. (oct.15); 2:12-13.
2000. “Magnicidios: historia sin fin”. El T. (nov.5/00); 2:9.
2000. “Conversación con la ausencia”. El T. (dic.10/00); 2:9.
2001. “Una vida, cuatro muertes”. El T. (mar.18/01); 2: 10,13.
2002/c. Celis Albán, Francisco. “Yo soy un libro en prisión”. El T.;LD. (jul.28/02):3.
2002/c. “Exposición de dibujos de Arturo Alape: un collage de formas anónimas”. El T. (ag.20/02):2/6.
2002. “El vendaval sectario del medio siglo”. El T.;LD (sep.1/02):3-4.
Otros periódicos
1971/c. “Doce cuentos colombianos. Premio Suamox 1970”. La República. Revista Dominical. Bogotá (jul.4/71): ¿??
1975. “Walt Disney vs Latinoamérica”. El Pueblo; Estravagario. (may.4/75):1,2.
1975. “Por el oído he hecho literatura”. El Pueblo; Estravagario. (ju.8/75):4-5, 6.
1983/c. Anónimo. “’El Bogotazo, memorias del olvido’” (lanzamiento del libro en la Universidad Central). El Bogotano. (abr.9/83):2A.
1987. “Tirofijo: el legendario guerrillero que mantiene el jaque la democracia colombiana desde hace cuarenta años” (1ª parte). Últimas Noticias. Caracas (sep.6/87):62-63.
1988. “Kadafi y Arafat, hombres acusados de siniestros, pero también venerados”. Excelsior. México (dic.12/88):4,6.
1989. “La muerte ajena”. Gramma. (mar.3/89).
1989. “La macabra invención de la muerte ajena”. Gramma. La Habana (mar.12/89).
1989. “Vitrales sobre la conquista conquistada”. Juventud Rebelde. (jun.27/89):8.
1989. “Colombia: el espectro de la guerra”. Correo. Mérida, Venezuela (jul.9/89):7.
1989. “Colombia: un precio para morirse”. Juventud Rebelde. La Habana (jul.2/89):4.
1989. “Colombia: rebusque en la basura”. Correo. Mérida (ag.15/89):B-7.
1990. “En Panamá, la cerca intrusa”. Juventud Rebelde. La Habana (feb.12/90):4.
1990. “El Panamá, la cerca intrusa”. Combatiente. La Habana (feb.26/90):20.
1990. “Cuando no se aplica la violencia física”. Juventud Rebelde. (jul.1/90):3.
1993/c. Anónimo. “Tópicos de la prensa”. La Prensa. Bogotá (nov.10/93): ¿??
1993/c. Anónimo. “Polémica por libro de auxilios”. La Prensa. (nov. 10/93):10.
Entrevistas en periódicos
Idem 1971. “Los revolucionarios son los forjadores de nueva cultura” (entrevista a Pedro Alcántara). Xilote. México N° ¿? (oct./71):39-40.
1975. “Los ojos del poeta nombran al hombre y a las cosas” (entrevista a Eliseo Diego). El Pueblo; Estravagario. Cali, 18 (may.25/75):4-5.
1975. “Nuestro cine; sobreprecio de ‘Gato por liebre’” (entrevista a Lisandro Duque). El Pueblo; Estravagario. 22 (jun.22/75):3.
1984/c. Anónimo. “’Noche de pájaros’ de Alape. El personaje es el miedo”. El Mundo. Medellín (dic.3/84):3B.
1989. “Eduardo Galeano: una voz de voces” (entrevista a). La Hora. (mar.8/89):17.
1989. “Todos hemos conversado con fuego” (entrevista a Eduardo Galeano). Excelsior. (mar.24/89):3.
1989. “Sueño con los sueños de Torrijos” (entrevista a Jesús Martínez). Juventud Rebelde. La Habana (mar.10/89):9.
1989. “Eduardo Galeano: una voz de voces” (entrevista a). Presencia. La Paz, Bolivia (abr.2/89):5.
1989. “Colombia: el espectro de la guerra”. Correo. Mérida, Venezuela (jul.9/89):7.
1989. “Juan Gelman: la nostalgia de la tierra” (entrevista a). Esp.:MD, 339 (oct.22/89):14-16.
1990. “Luis Cardoza y Aragón: un hombre pacífico y de palabra” (entrevista a). El Día; El Gallo Ilustrado. México (jun.17/90):8.
1990. “Antonio Cisneros, inquilino de una ballena” (entrevista a). Esp.:MD, 376 (jul. 8/90):16-20.
Idem. 1991. “Carlos Rafael Rodríguez, vicepresidente de Cuba. La crisis más grave de la revolución” (entrevista). 90. Bogotá 2 (may./91):26-30 (ISSN: 0121-3741).
1992. “Felipe González Toledo: maestro de la crónica policíaca” (entrevista a). Esp.;MD, 455 (en.12/92): 6-9.
Crítica
Documentos/Monografías/Tesis sobre Alape
1978. Albrech, Priscilla. Tirofijo y sus muertes: una leyenda. Análisis de la narrativa guerrillera de Arturo Alape. Monografía, Universidad de París III-Sorbona Nouvelle, oct./78, 137 p.
1990. Vallejo Molina, Rubén Darío. Arturo Alape: el testimonio de la violencia como creación literaria. Bogotá, Tesis, Licenciatura en Lingüística y Literatura, Universidad Francisco José de Caldas, 1990, 84 p.
1991. Proaño Méndez, Isabel. La sociedad colombiana reflejada en el transcurrir de una “Noche de pájaros”. Bogotá, Tesis, Licenciatura en Filología e Idiomas, Universidad Nacional, 1991, 74 p.
1996. Miralles Castellanos, Ana María. “Comentario al libro ‘La hoguera de las ilusiones’”. Medellín, Universidad Pontificia Bolivariana, Dpto. de Comunicaciones, 1996, 9 p.
1997. Plazas Rodríguez, Flor Ángela. “Un hombre navegando en las letras”. Bogotá, Universidad Central - Facultad de Comunicación Social (doc. y breve entrevista), (dic.3/97), 29 p.
Artículos de Revistas sobre Alape
1994/c. Anónimo. “Sueños de mariposa” (presentación de Julieta, el sueño de las mariposas). El T (jun.12/94):13c.
1995/c. Carranza, María Mercedes. “El dedo en la llaga. En Colombia ser joven puede pagarse con la vida” (res. “La hoguera de las ilusiones”). Semana, N°???, (jul.25/95):114.

1997/c. Vallejo, Mary Luz. “El álbum de los vivos y de los muertos” (res. “Río de inmensas voces... y otras voces”). Folios. Medellín, Universidad de Antioquia, Facultad de Comunicaciones, 2 (dic./97):67-69 (ISSN: 0123-1022).
Artículos de periódicos
1989/c. Zemme, Ulrike. “Literatur im Paradies der Raucher”. Wien; Estándar. (oct.23/89).
1992/c. Esquerra, Viviana. “El exilio es como la muerte misma”. La República. Bogotá (oct.11/92):5B.
1997/c. Roca, Juan Manuel. “La historia y sus afluentes: ‘Río de inmensas voces’”. Esp.;MD, 721 (mar.9/97):3.
1997/c. Anónimo. “Los voces de Alape” (presentación de Río de inmensas voces… y otras voces). El T (abr.19/97):4c.
2000/c. Anónimo. “El otro yo pintor de Arturo Alape”. El T. (jul.26/00); 2:12.
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Guión de cine
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2002/c. Celis Albán, Francisco. “Yo soy un libro en prisión”. El T.;LD. (jul.28/02):3.
2002/c. “Exposición de dibujos de Arturo Alape: un collage de formas anónimas”. El T. (ag.20/02):2/6.
2002. “El vendaval sectario del medio siglo”. El T.;LD (sep.1/02):3-4.
¿???: “Justicia para la vida”. Esp. (mar.15/??):???
¿???. “Resignación y desamor a manos llenas” ¿???
¿??? “La vida se escribe solamente una vez” (cuento). Crisis. p. 80-81
¿??? “Los amantes árabes en el río de la vida”. Gramma. La Habana
¡¡¡¡¡ “El exilio o la prisión de los recuerdos”. La Gaceta de Cuba. p.16-17.
Anónimo. “Historia, violencia y literatura con Alape”. El Colombiano.
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* Bibliografía que se está fijando para el proyecto de investigación SILC (Sistema de Información de la Literatura Colombiana), de la Maestría en Literatura Colombiana de la Universidad de Antioquia, 2003-2004.

EL HOMBRE DE LA CANOA. Despedida de Alemania, 2.001.

El hombre de la canoa.
Arturo Alape
Hamburgo, Noviembre 3 de 2001

Esta noche, 3 de noviembre, en Hamburgo con sus fuertes vientos de otoño y los árboles con su hojarasca amarillenta quemada cayéndose a tierra en vaivenes iluminados, ante ustedes mis amigos, quisiera referirme a tres cuestiones: los años que llegan a la vida de un hombre; las miradas escondidas en las despedidas y el retorno al país lejano.

Los años cuando llegan a la vida de un hombre, vienen con su caminar furtivo y a manotadas traen consigo un manantial de sorpresas para repartir como instancias cruciales entre los destinatarios. Y cada hombre recibe de acuerdo a su equilibrio emocional, ese aluvión de sorpresas como si se tratase de armar un rompecabezas, por cierto muy personal. En mi caso, recibo los años con la tranquilidad de un río hambriento, los disfruto o los padezco divididos en días y los meto en una caja de cartón, los clasifico según su color y palpitar y finalmente les escribo con membrete, un nombre como si se trataran de historias para contar. Debo confesar que soy un alerta escucha de los pasos sigilosos de los años. En este año de fecunda tranquilidad en Hamburgo, por ejemplo, para mi tranquilidad espiritual, avancé con el correr de hormiga laboriosa, en la escritura de mi nueva novela y la historia que narro se ha vuelto una realidad totalmente imaginada; en mis nuevos dibujos aparecen los grises de personajes grises que deambulan por Hamburgo y mis cuadros y dibujos se colgaron en paredes exhibiéndose para que entablaran diálogo con sus visitantes; y lo más hermoso y emotivo cuando llegamos con mi tribu familiar en el invierno pasado, fue que con la paciencia de un solitario pescador lancé la atarraya sobre la geografía alemana, y de pronto aparecieron uno a uno, sonrientes los rostros de ustedes mis nuevos amigos. Ustedes, conocerlos a ustedes, los que están presentes y los que caminan ausentes esta noche, son para mí el mejor de los regalos que he recibido este año cortado en tiempos exactos por las estaciones. También pienso en este emotivo instante, en mis antiguos amigos disgregados en sus nichos dibujados sobre la redondez de la tierra, para ellos mi amistad creciente con la llegada de cada noche y el amanecer con su soplo de vida.

Las despedidas de amigos, expresan la imagen de la mirada tatuada sobre una enorme espalda yéndose para encontrar de camino la voracidad de la distancia. De pronto, la mirada extraviada frente al mar o al embarcadero de un río, o quizá perdida entre la multitud de una estación de trenes o un tumultuoso aeropuerto, regresa para expresar a viva voz el nunca olvido de los pasos andados. Esta noche de celebración de años y antesala de despedidas, quiero afirmar lo siguiente con la voz de la experiencia: ustedes mis queridos amigos nunca tendrán rincón propio en la alacena de los olvidos. Por el contrario siempre estarán presentes con el intenso olor que levantan los vientos, con la llegada de la primavera. Esta noche le pido ayuda a los gigantescos cinco brazos del río Coreguaje para abrazarlos a ustedes por cinco y muchas veces y así mi espalda quede grabada en sus memorias con su mirada que nunca será devorada por la distancia.

Antes de hablar finalmente del regreso al país lejano, quisiera referir de manera breve mi encuentro con el hombre de la canoa. A finales de la década del sesenta con la decisión de volverme un escritor, dejé el monte y emprendí un largo viaje por el río Carare en compañía del hombre de la canoa. Atravesando ríos, montañas y carreteras, un día llegamos en canoa a Cali, mi ciudad natal. Al despedirse, el hombre viajero, con su sabiduría y experiencia me dijo que cuando necesitara de su ayuda silbara tres veces contra el viento y él de inmediato acudiría a mi llamado. Y así ha sucedido por varias veces durante estos últimos treinta años: despierto la noche en cualquier madrugada y salgo a la calle en busca del viento viajero y silbo por tres veces. Mis queridos amigos, esta noche quiero revelarles un secreto: el hombre de la canoa se encuentra en Hamburgo desde hace dos días, porque él siempre acostumbra a llegar con un mes de anticipación. Si ustedes, ahora mismo por curiosidad bajan las escaleras y abren la puerta de la calle y levantan la mirada hacia el cielo, podrán ver un árbol de hojarasca color oro y en uno de sus ramajes colgada, verán una pequeña casa de madera: acostado en su hamaca, colgada en una de sus habitaciones, ahora mismo el hombre de la canoa fuma su enorme tabaco y lanza volutas de humo como si estuviera narrando historias de cada día. La canoa debe estar escondida entre la hojarasca amarilla quemada que ha caído a tierra. Con mi tribu familiar ya estamos alistando maletas para el retorno: día a día Paloma y Nicolas bajan con las hojas del libro que están terminando con fotografías y recuerdos y lo dejan sobre la canoa; Katia ansiosa como siempre sube y baja las escaleras con libros en alemán, cuadros recientemente terminados y las muchas nostalgias pro-alemanas; yo he terminado mi libro de apuntes donde escribo los sueños a realizar en los próximos años, en la madrugada de mañana lo dejaré en el sitio escogido en la canoa.

En un mes partiremos con mi tribu familiar hacia el país lejano, cicatriz de dolor en su geografía sangrienta, infierno difícil de olvidar. Partiremos con la emoción de volver a encontrar el sonido de las voces amigas pero también con la incertidumbre clavada en el corazón por lo que posiblemente nos espera, sea lo que fuere. Partiremos con el optimismo sembrado sobre la piel para seguir siendo lo que siempre hemos sido. Para partir solamente esperamos a que el hombre de la canoa termine de fumar su enorme tabaco, baje del árbol, toque nuestra puerta y nos anuncie con su voz de flauta y memoria: “Mi querida familia Alape, llegó la hora de viajar…” Por reflejo, volveremos la mirada para buscarlos a todos ustedes y decirles de frente: “ hasta pronto, queridos amigos...” Para entonces el otoño por placer habrá desnudado a todos los árboles de Hamburgo y el invierno comenzará a gemir con sus vientos y los copos de nieve inundarán la ciudad.

Arturo Alape
Hamburgo, Noviembre 3 de 2001

VISITA A CALI, su ciudad natal. 8-10 de Agosto, 2.006

ARTURO ALAPE ESTUVO DE NUEVO EN CALI (8 a 10 de Agosto, 2.006).
Arturo Alape (der.) y Agustín Otero Crespo durante la apertura de la exposición fotográfica.
Agustín es el acttual propietario de las fotografías, hijo de Agustín Otero Navarro quien las tomó en 1.956.
Biblioteca Departamental, Cali, Agosto 8, 2.006. Foto: MIC de NTC …


Arturo Alape en el conversatorio con jovenes en Cali.
Evento: "Ciudad: historia y futuro". Agosto 9, 2.006.
Fotografía: MIC de NTC …

INTRODUCCIÓN
Fuente ECOPAIS
ECOPAIS tuvo la grata oportunidad de recoger al Escritor en el aeropuerto “Alfonso Bonilla Aragón” y de compartir con él el trayecto hacia Cali. El Maestro – como siempre: sencillo, simpático, conversador y entusiasta – nos comento, entre otros muchos temas:
“Vengo de nuevo, con mucha alegría y compromiso, a seguir cumpliendo con mi ciudad, sus memorias históricas y su comunidad. A buena hora la Biblioteca Departamental acogió mi propuesta de realizar la exposición fotográfica “Cali, 50 años de la explosión del 7 de Agosto de 1.956” dentro de los evento “CUIDAD, MEMORIA Y FUTURO”. Intervendré hoy en la apertura de la exposición y mañana tendré una tertulia con jóvenes caleños sobre estos temas. Viene conmigo desde Bogotá , y estará participando en todos estos actos, Agustín Otero Crespo, periodista testimonial, actual propietario de las fotografías que tomó su padre el fotógrafo Agustín Otero Navarro (q.e.p.d.) en 1.956.
Han sido bastante difíciles estos últimos meses de mi vida. He tenido que venir superando muy serias dificultades de salud y estaré sometido de por vida a rigurosos y costosos controles médicos y tratamientos. Creo haber superado la grave crisis reciente. Este es el primer viaje “largo” que hago fuera de Bogotá. Me siento bien y muy optimista. El apoyo y la extraordinaria solidaridad que he recibido de mi familia, mis amigos y lectores me ha llenado de satisfacciones y energías. Continúo adelantando diversas investigaciones, sigo en mi actividad docente y escribiendo … .Tengo en mente varias novelas. Estoy muy concentrado y trabajando en una de ellas que está muy adelantada y que tiene como tema y entorno a Cali de los años 50. Hace aproximadamente un año vengo complementando las investigaciones y los materiales para este nuevo libro y en estas actividades me han colaborado un cercano grupo de amigos de la ciudad.”
En Ecopaís, mucho bienestar y muchas “hojas en blanco” llenas le deseamos al Maestro … . Fueron un éxito sus presentaciones en Cali. Gracias. Esperamos verlo de nuevo pronto por acá …
FOTO: Arturo Alape en el conversatorio con jovenes en Cali.
Evento: "Ciudad: historia y futuro". Agosto 9, 2.006. Fotografía: MIC de NTC ….
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CALI: 50 AÑOS DE LA EXPLOSIÓN QUE PARTIÓ EN DOS LA HISTORIA DE LA CIUDAD
Por Arturo Alape
Texto leído por el autor en el conversatorio que dio por abierto e inaugurado el evento "CIUDAD MEMORIA Y FUTURO" y a la exposición de fotografías: “50 años de de la explosión del 7 de Agosto de 1.956”. Biblioteca Departamental, Cali. Agosto 8 de 2.006
Una inmensa hoguera y un resplandor anaranjado cubrió el cielo de Cali a la 1:05 de la madrugada del martes 7 de agosto de 1956: bolas de fuego, rojizas y amarillentas, mezcladas entre' las grandes humaredas que al diluirse lentamente formaban el manto, que a veces aparecía de un amarillo de fuego, otras de un rojizo oscuro, con ciertos matices azules. Crecía la imagen inmisericorde, ante el estupor y el miedo, del gigantesco árbol de fuego, flotaban sus raíces en el aire.
El formidable estruendo paró en seco, el viejo reloj que se encontró mucho después entre el amasijo de escombros que dejó la explosión de seis camiones Shack cargados con 42.000 kilos de dinamita sueca, equivalentes a la bomba atómica que se arrojó sobre Hiroshima, cuya onda expansiva provocó un temblor de magnitud 4.1 en la escala de Richter, destruyó más de 40 manzanas a la redonda y dejó un cráter de 50 metros de diámetro por 8 de profundidad.
Se paralizó el sueño de la ciudad, cortado en dos por el filo de navaja de la onda explosiva: a kilómetros a la redonda tembló la tierra, se levantaron techos, se abrieron ventanas, los vidrios volaron hechos añicos y miles de personas como sonámbulas huyeron de sus camas, y semidesnudas salieron a las calles y vieron asombradas el cielo iluminado por una inmensa llamarada devoradora de conciencias y temblorosas, se abrazaron a su propio miedo. El cielo se había inundado por una incógnita terrible, los dientes masticaron la duda, los creyentes se arrodillaron, apretaron los ojos y compungidos y fervorosos rezaron por tiempo interminable.
El seco estallido sacó abruptamente de la cama al Padre Alfonso Hurtado Galvis, párroco que ocupaba un apartamento en el edificio Vera, ubicado frente a la zona donde fueron, parqueados los camiones y quien asombrado vio como la puerta de su dormitorio fue arrancada de cuajo por la onda de muerte. El Padre Hurtado comprendió al momento la magnitud de lo ocurrido y tomó en sus manos los santos óleos para acudir en ayuda de las víctimas.
Muchos años después, el Padre Hurtado, uno de los testigos de excepción en llegar al sitio de la explosión, recuerda: "Yo vi la llegada de los seis vehículos y se aparcaron en el Batallón Pichincha... El lunes 6 de agosto llegaron al cuartel como a las 6:00 PM, pero el oficial de servicio Gustavo Camargo, dio la orden de moverlos de ahí al conocer el contenido de la carga".
La mortal caravana en lenta fila se desplazó por las calles de la ciudad y se aparcaron finalmente en la plazoleta de la vieja estación del Ferrocarril del Pacífico, calle 25 con carrera 1a. donde se encontraba un cuartel del Batallón Codazzi. Los pesados camiones pertenecían a la Empresa Transportes Mosquera Gómez."A mi paso vi muchos feligreses muriendo -rememora el Padre Hurtado, cuando llegó al sitio de la explosión - Ayudé a que descansaran en paz. Había niños que lloraban, cuerpos destrozados, reventados, a todos lados (...). Muchos sobrevivientes, al constatar la muerte de sus seres queridos, se suicidaron en mi presencia".
Para la época, Cali era una ciudad de menos de, 300.000 habitantes, apenas convaleciente de la pesadilla a que; la sometieron losescuadrones de pájaros, que sembraron el terror: aparato represivoque funcionaba desde el cerebro mismo de, la gobernación del Valle; allí se daban órdenes avaladas por el Directorio Conservador Departamental y difundidas por el Diario del Pacífico, se señalaban víctimas; en las noches rondaban los carros fantasmas por la ciudad, disparando por doquier en cacería de desprevenidos transeúntes; en las madrugadas salían carros oficiales rumbo hacia Tulúa y los avezados asesinos acompañados de otros asesinos recibían órdenes del Directorio Conservador local y marchaban en su objetivo de despoblar la cordillera Central de quienes pensaban distinto al régimen conservador. Los mismos pájaros incendiaron la Casa Liberal en el mes de septiembre de 1949, con atemorizadas familias de desplazados en el patio, que escuchaban un discurso de Hernán Isaías Ibarra, dirigente liberal. Lo irónico y dramático de la situación, es que esos desplazados venían huyendo de la llamada "godificación" implantada en la Cordillera Occidental y habían llegado a Cali en busca de refugio para sus vidas.Esa organización de terror no fue desmontada por el régimen militar de Rojas, sino que, por el contrario se mantuvo y se fusionó con el G-2 aparato de inteligencia especializado en el exterminio selectivo de oponentes políticos al régimen imperante.La onda de la muerte arrasó más de 40 manzanas industriales, comerciales y residenciales y afectó directamente a una zona deprimida, marginada socialmente: cuadras de hospedajes propios para viajeros de condición humilde, lugar de diversiones y prostíbulos donde funcionaban muchas cantinas de mala muerte; fábricas o grandes depósitos, sucursales bancarias, almacenes de automotores. En fin, grandeza y miseria, mezcla de pujanza económica y de bajos fondos, de trabajo y de vicio.
Solitarias las fábricas, almacenes y depósitos a la hora de la explosión. Pero en cambio, los cafetines, los hoteluchos y los prostíbulos, debían estar colmados la noche anterior, víspera de la fiesta del 7 de Agosto. Y la explosión debió barrer de las callejuelas a las mujeres que merodeaban los ámbitos de oscuridad en busca de camioneros o de campesinos recién llegados a la ciudad.Casi frente del cuartel del Codazzi, estaba el hotel Manizales donde muy pocos de los huéspedes debieron salvarse. Abajo, al café Roma, cuyo dueño había muerto trágicamente dos días antes; a la vuelta el hospedaje El Motorista, debieron salvarse algunos pasajeros, porque varias paredes se mantuvieron en pie. La onda explosiva cortó de tajo los penachos de las palmeras que ondeaban su belleza sobre la calle 25; los barrios aledaños al epicentro del acontecimiento, el Jorge Isaacs, el Porvenir, San Nicolás sufrieron consecuencias fatales; fue de tan violencia la reacción de los elementos, que el detonante se sintió en poblaciones lejanas como Buga, Palmira, Jamundí, Santander de Quilichao y Buenaventura.
Cercanos testigos del hecho recuerdan que esa trágica madrugada, el sonido ensordecedor de la explosión fue seguido por un hongo incandescente que subió varios kilómetros en el cielo, acompañado simultáneamente por una onda de calor que abrazó gran parte de la ciudad.El aturdimiento que provocó el impacto de la explosión, hizo que las gentes, desconcertadas, abandonaran los escombros de sus viviendas y en su precipitada carrera pisotearan los cadáveres y cuerpos mutilados de las víctimas como en un éxodo de guerra. Nadie sabía con exactitud lo que había pasado y todos los- sobrevivientes conjeturaban que si se trataba de un terremoto, de la caída de un aerolito, del estallido de una bomba de gasolina, pero sus cábalas se desvanecían en medio del clamor, los gritos, el llanto y los lamentos de quienes agonizaban en medio de los escombros y hierros retorcidos. Sólo al avanzar la mañana de ese día siniestro se supo a ciencia cierta de qué se trataba y comenzó a vislumbrarse parte de lo ocurrido.
El Padre Hurtado fue de los primeros en llegar al sitio exacto de la explosión y contempló con asombro el cráter abierto por el estallido. Lo visto allí por el párroco fue un panorama dantesco: edificios y viviendas destruidas, varillas de hierros retorcidas y montones de cadáveres desperdigados, muchos de ellos mutilados..."Salían gentes apresuradas, llenas de tierra, desnudas, heridas, que nos suplicaban misericordia", recordaba el sacerdote.Avanzada la mañana del 7 de agosto, el caos se, había apoderado de la zona devastada. En medio de una nube de polvo y ceniza, el calor congestionaba los cuerpos de los sobrevivientes que deambulaban de un lado para otro, y de los socorristas que no daban abasto en su incensada tarea. Total confusión, rumbo incierto.
En las boca-calles, cordones de soldados impedían el paso de las personas que imploraban permiso para buscar los despojos de sus parientes desaparecidos. El calor de agosto hacía más infernal el ambiente. Los focos de incendios reaparecían por doquier, pero eran sofocados por grupos de bomberos voluntarios, provistos de rudimentarios elementos. De pronto, un muro cedía y se venía a tierra estrepitosamente, levantando una nube gris que al despejarse dejaba una nueva perspectiva a la contemplación de las ruinas. Más ruinas físicas, devastación humana, desolación, impotencia. Agonía dolorosa.
La escena dantesca que ofrecía el anfiteatro, conmovía el ánimo mejor templado y hacía retroceder a quienes burlando la vigilancia habían podido acercarse en busca de despojos de los desaparecidos. No era un reguero sino un montón de cadáveres de gentes de toda condición social, era el macabro conjunto, complementado por la fetidez de la carne quemada: crecía el olor a muerte como si se tratara de un simple soplo de la vida. En el interior del anfiteatro, sobre las mesas, sobre el piso, en el corredor, en el patio, cadáveres...cadáveres... Miembros amputados, pedazos de carne, troncos, cabezas, brazos... Desarticulada la vida.Muchos hombres del pueblo provistos de caretas de gasa que les protegían la nariz y la boca, cumplían la macabra tarea de arrastrar los cadáveres y despojos hasta la puerta del cementerio, a ocho metros del anfiteatro, donde los colocaban en la cuchara de un bulldozer que los llevaba por docenas hasta la fosa común. Fúnebre escenario.Los improvisados sepultureros cumplían su labor como si se tratara de mover fardos en una bodega de la plaza de mercado." Pero no siempre eran cuerpos sino pedazos de cuerpos, como piezas de un difícil rompecabezas: uno lleva un muslo; otro, una cabeza: el de más allá, despojos informes talvez vísceras. A los recogedores de cadáveres los llamaban los voleadores.Otros hombres al borde de la gigantesca fosa común, sacaban de la cuchara metálica los despojos, los balanceaban en el espacio acompasadamente, para darse impulso, y al grito de "uno...dos, tres..." los arrojaban al gran hoyo abierto por una motoniveladora. De pronto, un voleador impide que su compañero arroje un cadáver a la fosa. Recoge el cuerpo lívido y desfigurado, se lo echa al hombro y corre desesperadamente, sin rumbo, dando voces ininteligibles. Lo había reconocido. Era su hijo. Solo por buscarlo ayudaba a la macabra tarea.
Cuando ya hay varios cadáveres en la fosa, la niveladora tiende sobre ellos una gruesa capa de tierra y retrocede para dar paso a la cuchara del buldózer que se acerca con una nueva carga de carne humana. Un nuevo descargue, y el voleador grita:
-La niveladora.
El aparato mecánico cumple doblemente su misión pues además de su función propiamente nivelaba con un alud de tierra las razas, los sexos. Allí el anciano y el niño, mujeres de todas las edades, el negro y el blanco, se confundían bajo la niveladora que los iba aplanando en su entierro colectivo. El rictus de la muerte más bien parecía un mentís a los prejuicios humanos.Los lamentos de los dolientes al identificar los despojos de un ser querido se confunden con las imperativas órdenes de un oficial que intenta rechazar a los curiosos. Un sacerdote musita oraciones cuando pasan con un cadáver en rastra. El oficial de sanidad, con su polvorienta blusa de cirugía, ante el temor de las epidemias, exige a los voleadores que se den prisa, que aceleren su trabajo. Un montón de cadáveres espera su entierro. Las enfermeras reparten alcohol y leche entre quienes trabajan. Mujeres piadosas rezan el rosario en alta voz, pero apenas se les oye cuando cesa momentáneamente el rugido de las aplanadoras.Justo al medio día de ese martes, el informe oficial indicaba, además, que la cifra de muertos era de 2.500 víctimas; fueron arrasadas 42 manzanas, 3.000 personas quedaron sin trabajo, 350 negocios pequeños y grandes desaparecieron y las pérdidas eran calculadas en $200.000.000
En la mañana del día 8 de agosto, bomberos y policías, con el apoyo de voluntarios controlaron los incendios y limpiaron la zona de escombros para facilitar el trabajo de ambulancias y enfermeros. Sin embargo, los cadáveres amontonados en el anfiteatro del Cementerio Central y los restos de cuerpos que la onda explosiva sacó de sus bóvedas, despedían un atroz hedor a podredumbre que invadió a gran parte de la ciudad, lo que, aunado al sopor producido por el calor, enrareció el ambiente y obligó a las autoridades a tomar medidas de saneamiento público para evitar epidemias. De acuerdo al Padre Hurtado Galvis, quien duró tres días infatigables atendiendo a las víctimas y auxiliando a los heridos, se calcula que fueron sepultados en fosa común 3.725 cuerpos mutilados, enterrados de emergencia en un descomunal hueco excavado al efecto en el Cementerio Central.En la madrugada del 7 de agosto, la trágica noticia fue notificada oficialmente al gobierno central en Bogotá, a través de un comunicado firmado por el entonces jefe civil y militar del Valle, brigadier general Alberto Gómez Arenas y dirigido al jefe supremo Gustavo Rojas Pinilla, quien descansaba en su residencia campestre de Melgar.
La tragedia provocada por los carros militares fue aprovechada políticamente por la dictadura de Rojas Pinilla, y por sus oponentes. Todos se culparon mutuamente, a pesar que la tragedia poco o nada tenía que ver con la crisis política del momento.Al otro día, Rojas Pinilla, se dirigió a Calí, y en violento discurso pronunciado desde un balcón del Batallón Pichincha acusó del hecho al Partido Liberal y al Conservador en cabeza de sus jefes Alberto Lleras y Laureano Gómez, respectivamente, que lideraban una dura oposición al régimen militar y quiénes habían rubricado recientemente (el 24 de julio de 1956) el Pacto Benidorm en España, que dió origen al Frente Nacional. En su perorata, Rojas acusó directamente a los jefes de la resistencia civil y a ciudadanos ilustres de Cali de ser los autores del sabotaje. "A los que se reúnen en el exterior -dijo el dictador-, en Sitges y Benidorm, para empezar a agitar la violencia en Colombia". Lleras Camargo replicó a esta acusación, afirmó que la sindicación pretendía aprovecharse del momento de dolor que se vivía en Cali, a la vez que solicitó pruebas y que si ello era así -concluyó- se le llamara a juicio, hecho que nunca ocurrió.
La tragedia de Cali suscitó la solidaridad del país; los organismos de socorro dispusieron de todos sus recursos para enfrentar la emergencia. El gobierno, por su parte, emprendió de inmediato la ayuda a los damnificados a través de SENDAS que dirigía la hija del general, María Eugenia Rojas.Se integró una Junta Evaluadora de daños y perjuicios, que más tarde se convirtió en la Fundación Ciudad de Cali para que se encargara de los asuntos prioritarios: repartir auxilios, levantar el censo de damnificados, administrar las donaciones nacionales e internacionales. Así mismo, se aceleró la oferta de casas de interés social de Aguablanca y de apartamentos en la Urbanización Valenzuela, unidad residencial construida con fondos del gobierno del general Marcos Pérez Jiménez, a la sazón dictador de Venezuela.Alrededor del mediodía de ese siniestro 7 de agosto, y ya con el control de la situación, la Jefatura Civil y Militar del Valle del Cauca, expidió el primer boletín sobre los acontecimientos. En éste se ofrecía la versión oficial de los hechos, un tanto acomodada a los requerimientos del régimen militar, se llamaba a la gente a guardar cordura y se decretaba día de duelo el 7 de agosto. El comunicado fue retransmitido por las emisoras de Cali y de otras ciudades, que fueron sometidas, al efecto, a una severa censura en todas las informaciones sobre el origen y desarrollo de los acontecimientos. Todo, naturalmente, debía remitirse a los boletines oficiales: los diarios de la capital, Intermedio y El Independiente, que reemplazaron a El Tiempo y El Espectador, también fueron censurados duramente por el régimen militar a tal punto que "no publicaron con mucho despliegue la tragedia de Cali"; igual suerte corrió la revista Cromos.
Mucho se habló y se escribió en los años siguientes sobre la explosión de Cali, pero las investigaciones nunca, arrojaron resultados satisfactorios sobre los autores del hecho, atribuido en su momento a múltiples factores: que un soldado incendió imprudentemente un cigarrillo, que se le disparó un fusil a otro, que en la noche manos criminales colocaron fulminantes a la carga mortal causando la explosión, que el calor derritió la gelatina que cubría la dinamita, que el tren en reversa chocó contra los camiones en fila. Todas esas versiones y conjeturas, en su momento fueron tomadas en cuenta por los investigadores sin resultados concretos. La verdad de lo ocurrido nunca se supo ni se sabrá. Pero lo cierto es que la tragedia ocurrió por un error militar que dejó la carga mortal en las zonas periféricas de la ciudad. La tragedia partió en dos la historia de Cali y dejó cicatrices en la memoria colectiva caleña.
Cincuenta años después de la tragedia, esa memoria colectiva de la ciudad se rescata a través del presente material fotográfico, que permaneció inédito durante mucho tiempo. El fotógrafo independiente, Agustín Otero Navarro, especializado en fotografías de familia, pasaportes y certificados de policía, viajó a Cali como tantos otros fotógrafos de la época y captó estas imágenes de horror: imágenes documentales, perdurables. Regresó a Bogotá para vender a los periódicos El Tiempo y El Espectador los resultados de su labor como fotógrafo. Los dos periódicos estaban censurados por el gobierno militar. Las fotografías fueron guardadas celosamente meses después de la explosión, pues fue imposible publicarlas y difundirlas a través de los medios de información de la época., debido a la censura aplicada por la DINAPE por orden rigurosa de la Presidencia de la República en ese año trágico. El fotógrafo fue asediado por los hombres del SIC, aparato de represión político del gobierno, para decomisarle los negativos. Su casa, en el barrio de la Perseverancia, un día terminó invadida en tremenda requisa oficial. El fotógrafo huyó hacia Montería para salvar la vida y llevó consigo su precioso tesoro documental.
Estos documentos visuales constituyen un acervo histórico que muestra la verdadera dimensión de la tragedia soportada por miles de familias de Cali. El conjunto fotográfico es, en suma, fragmentos de una realidad que aún permanece invisibilizada, cincuenta años después: historia reciente que se debate entre las cenizas de la indiferencia colectiva y el olvido histórico decretado por razones ideológicas.
Susan Sontag hace una reflexión sobre la fotografía que bien puede ilustrar el objetivo de esta exposición:
"En una sociedad moderna las imágenes realizadas por las cámaras son la entrada principal a realidades de las que no tenemos vivencia directa. Y se espera que recibamos y registremos una cantidad ilimitada de las imágenes acerca de lo que no vivimos directamente. La cámara define lo que permitimos que sea real; y sin cesar ensancha los límites de lo real. Se admira a los fotógrafos sobre todo si revelan verdades ocultas de sí mismos o, conflictos sociales no cubiertos del todo en sociedades próximas y distantes de donde vive el espectador.”
(1) (2)
---(1) Susan Sontag*** , "La fotografía: breve suma" En: El Malpensante, No. 48, Bogotá, septiembre 15 de 2003, p. 51.
http://www.revistanumero.com/48/indice.htm*** http://www.elortiba.org/sontag.html Algo más sobre S. S.
(2) Un fragmento de esta conferencia apareció el LECTURAS FIN DE SEMANA DE EL TIEMPO, Agosto 12, 2.006, Pág.. 1 y 9 . Alli una de las fotografías: Estación del Ferrocarril del Pacífico